martes, septiembre 18, 2007

Cuando Vicky sale a pasear

Buenos días, cómo está,
aquí me ve,
esperando esta mañana por el sol
de esta ciudad
que hace de los hombres, girasoles con corbata.
Siempre sale por su puerta de madera
con el rimel negro de los sueños de una gata,
y pinta con su sombra a la arboleda
como a un lienzo de Velásquez.

Sacrebleu! dice el francés.
Oh my god!, el lord ingles.
No queda puesto ni un sombrero,
frenan en seco los bomberos,
las camisas son baberos
que se abrochan al revés.
¡Vos decíme qué le ves!,
se quejan las mujeres.
Bendita tú eres,
se arrodilla un cardenal.
Todo esposo se lamenta
de no ponerse en venta
con su estado marital.
¡Ahí viene, ahí viene!
anuncian las ventanas
¡Suelten ancla! ordena el marinero,
y los naranjos se maquillan con su azahar
cuando Vicky sale a pasear.

Si me impaciento, entenderá.
No diga usted
que algún lobo resiste la fiebre del oro
que hay en la piel
de esta caperucita de lencería fatal.
Sabrá que tres misterios tienen los sabios:
el color de la muerte, el cuento del santo grial
y el sabor de la mañana entre sus labios.
Terminó el camino, trotamundos, ya lo sabes,
maravilla hay una sola y todas las otras
son sólo fondo de postales, fondo de postales.

¡Despiértate Vicky, el mundo te espera!

Sacrebleu!, dice el francés,
¡Qué bocado!, el yacaré.
Con poco disimulo,hace rima un albañil.
Se extravía de su escaque el alfil,
las flores se desvelan en abril.
Fí Fa Fo Fú dice el gigante,
y el ángel se poda bien las alas.
Cambian de rumbo las balas,
se viste de seda el arrabal.
¡Es un milagro, es un milagro!
grita el ciego de la peatonal.
Saca su otro yo el puritano,
hacen la ola los del autobús.
¡Sorpresa!, no estoy muerto,
se acerca bromeando Jesús.

El poeta no hace pie con su palabra,
Merlín grita ebrio abracadabra,
se muere de celos el comunista.
¡Qué gran obra!, dicen los alquimistas,
el abecedario se queda en a-be-bé.
Disimulen la guerra, manda el coronel,
que cometa un crimen, reza la Interpol.
Hasta el amigo más infiel
cuenta con ella, pero hasta dos.
Desprecian su tesoro los piratas.
El suicida escribe en su posdata:
”Así que el mundo no es tan cruel.”
Se abren las nubes de par en par,
los borrachines asoman desde el bar,
los coches atropellan a la mar
cuando Vicky sale a pasear.





















Gustavo, regalo de cumpleaños

2 comentarios:

IgnacioJRA dijo...

No hay nada mejor que regalar palabras que llenan el alma y duran mil cumpleaños... Saludos Gus

Anónimo dijo...

Me fascina lo que escribís

 
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