Contantomigo

Qué hago con un sólo nombre y una voz
que dice ser la mía.
Qué hago con este cuerpo de ataúd
lleno de almas de otras vidas
que nunca salieron, que nunca saldrán,
ni vienen, ni van,
que yacen despiertas soñando a coro.

Qué hago con este sueño que sueña
haber sido alpinista en tus piernas.
Con este espía secreto sin contraseña,
Con el taxista nocturno de penas,
El cazador de un libro perdido,
El soldado que reza en trincheras
de la mano de una fotografía,
tan lejos de casa, tan fría la herida.

Qué hago con este artista suicida
que no tuvo el valor de cantar
su serenata de despedida.
Con el marinero de un buque pesquero
sin puerto de boca para extrañar,
que brinda con la luna por tanta soledad.

Con el trapecista de un circo francés
que atrapa a la muerte en la red.
Con el ojalá que atasca mi garganta
Con las cadenas de ser uno por vez.

Qué hago, mi vida, con esto que no fuimos.
Qué hago con tantos caminos que no andaré.
Qué hago con éste que tanto quiere
haber sido tuyo por siempre.
y el recién casado que se despierta
y el eterno aprendiz de inmortal
y el conspirador cortesano
y el guardián de molinos de viento
por algún lugar de La Mancha.
El penitente en el Vaticano,
El guitarrista a dedo por la autopista,
El escritor de otras memorias,
El ladrón de besos en París.

Galopan desbocados mis sueños
por el techo de un mundo mezquino,
pero no se calla con la boca llena
de palabras que saben a espinos.

Me aprieta el cuerpo