martes, junio 17, 2008

Coleccionistas

Pasé

por la lluvia de la tarde en los tejados
como un cuervo gris que se ha cansado
de sus nidos en la Torre de Babel.
Por la huella que se pierde en el desierto,
por la fría noche de los puertos
sin soltar ni un poco el timonel.

Quisiera ser una máquina de versos,
la moneda sin tu cara en el reverso.
Quisiera salir de esta sábana de hotel.

Pasé
por la cara más salvaje de la luna,
por la boca de diez lobos en ayunas
cambiando de hojas secas en abril.
Por las piedras que tiramos al estanque,
por los ojos azules del gigante
que quiso madreselvas de un jardín.

Quisiera un corazón que no te cante,
haber vivido tan sólo en el instante
que tu boca caminó por mi perfil.


Te cruzaste, gata negra, en mi camino,
cuando entré al burdel secreto del infierno
a tomar por asalto a mi destino.
Si hubiera sentido allí tu voz…


Pasé
por un trueno de galope de unicornios,
por los vidrios rotos de los manicomios,
por un globo que se olvida de volar.
Por la herida de un molino de viento,
por la aguja débil de los tiempos
hacia un faro de la noche del mar.

Quisiera no estar al final de este cuento,
ser el suspiro de mi ausencia en tu aliento,
ser el eterno aprendiz de inmortal.


Ahora, otra vez sentado en el estante
de una hermosa coleccionista de almas
que en sus blancas manos nigromantes
juega a que el amor debe vivir.

Mil almas pisan tu tierra prometida.
Aunque envenene el recuerdo de un errante
coleccionista de besos despedidas;
otra vez es hora de partir.
















Besos con anestesia.

2 comentarios:

Sabrina Konz dijo...

You are just...
beautiful.

♥ Zombie Love ♥ dijo...

Increible, sin palabras...

 
Creative Commons License
This obra by Gustavo Martínez Figueroa is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.
Based on a work at www.espaciosyespejos.blogspot.com.