martes, febrero 14, 2006

Hoy vas a enamorarte

Con su saco barato y sus lentes de sol, con sus dientes de neón y zapatos de suela lisa, con la diestra apretón y en la izquierda su tarjeta personal. “Soy Cupido; hoy tu vida cambia en gran parte. Hoy, amigo, vas a enamorarte.”


En un prado limón se perdieron las promesas
como culebras tras chasquido
se arrastraron a esconder
su mordedura en el olvido.
Anudando su corbata carmesí le juraba que nunca,
le repetía por siempre , de pecado en pereza.
Si pasas hoy, caminante, por la pasarela de los desconocidos,
escucha al ritmo de las manos sin esmalte
fotografías que se rompen y un maldito sea mi marido

En la ventana del primero A
cada semana menos hielo
pone en su vaso de whisky,
tiritando de soledad, un abuelo.
Devorando febreros vio todas las mañanas junto a su almohada
marchitarse el fruto de los besos que sembraron en aquél bar.
Recorrió de puerta a aeropuerto, no venden boletos al cielo.
Le dio su vida y ella murió dos veces; sin recibo no hay devueltos;
las batallas de las sábanas y el invierno se disolvieron como caramelo.



Después de estrecharle la mano lo desbarranqué de la vida, no sólo por desgano, y en su caída lo encomendé a algún mal diablo funcionario.
Por si acusan los esperanzados con sus consejos de televisor,
o me pesa la monotonía de los que no tienen primaveras
o me dicen que tanta de esta pena no valía,
o me encuentro mañana enredado en un juicio penal…
¡Objeción, su señoría! Juro que fue en defensa personal.



Saltando fechas

3 comentarios:

El tio Lizard dijo...

Todos vivimos la soledad...pero cual es peor?...la de la perdida o la del nunca lo vivi?
Creo que el quedarse solo al final tambien es parte del camino, sufrir es algo que trae aparejado el amor. Sufrir es tambien una emocion.
Al fin y al cabo, el amor son solo las emociones fuera de control

Anónimo dijo...

Escribió Jorge Lanata en su libro ADN que los argentinos son escritores mucho antes de haber publicado. Son escritores porque así lo quieren, porque así se hacen llamar y porque así, de esa forma, los terminan conociendo y reconociendo quienes no sabían nada de ellos y quienes ya lo saben todo o todo lo contrario.
Gustavo Martínez es escritor y argentino...y creo que es ese el orden en el cual hay que decirlo.
Particularmente ya no importa quienes somos ahora sino lo que seremos luego. En la crónica de cualquiera tiene mas peso el bagaje que hacen las acciones y lo dicho durante años que lo que se dice o hace en el momento. Acá tenemos un caso. Caso porque no puede ser de otra manera.
En el final contaremos los puntos y veremos que empatar es dificilísimo; y ganar es un sueño eterno e imposible. Me refiero a ese ganar de película en donde todo esta bien, en donde lo trágicamente vivido desaparece por el nuevo bien, o amor, o cualquier cosa buena que de un plumazo borra todas las cosas...Si uno piensa en la fantasía del vencer eterno puede irse preparando entonces para darse cuenta que es un absoluto perdedor.
¿Y que tiene que ver el ganar o perder con Gustavo Martínez ? Pues que sobre estos dos tópicos gira toda su obra literaria...esa terrible obstinación por cambiar las cosas y los resultados aun ya sabiendo que algunos son inevitables.
Martínez es un obstinado. Uno que de ganar la lotería se preocupará si lo hizo con los números que no le gustan o porque compro el billete en otra agencia que no es la habitual.
¿Eso es disconformidad? En parte si y en parte es querer querer. Querer hacer, cumplir los sueños como se los soñó...
La obstinación por todo da el brillo diferente. Son de esos que se pueden reconstruir a si mismos después del bombardeo....y eso es importante porque a veces pareciese que uno vive sobre un plomizo techo sobrevolado por stukas.
Y ya el amor, y por ahí el encuentro; o saltando charcos o en tardes sin huellas, mirando hacia el balcón de quien no supo salir a ver quien le tiraba piedras...o la que se mira en el espejo con los ojos cerrados o una mezcla de todas...
Y a salir los días de lluvia para encontrar o dejarse encontrar. Desapercibido metro ochenta de ceguera repentina...observando casi de cerca lo que va luego al papel o a la fría pantalla de un word.
¡¡Pero Señor, no me mire demasiado que puede darse cuenta quien soy yo!!
En la hoja en blanco ya se enredan sabanas en las que aún se percibe la tibieza de la mujer que se fue, tienen las cuadras puertas que se aparecen por las esquinas, el silencio como banda de sonido de unas manos que se sueltan...dos que no se aman mas, hay algunos que miran al cielo esperando no ser algún dios sin memoria ni el milagro de la división. Y entre todos ellos, maestros sin conocimientos, viejos que se mueren, razones y adiós; aparece la caricia que no llega y por supuesto el amor...
Recomiendo cruzárselo. Recomiendo conocerlo. No demasiado claro está...hay que dejarse reinterpretar. El es bueno en eso.
Por lo pronto veo que todo acaba. Pasará el tiempo y hará lo suyo, separadamente de todos los que aún creemos que nada se terminó y habrá una generación que sabrá de que estamos hablando. Hay quienes no pueden decir una sola palabra. Pues a ellos les recomiendo dejarse retratar en aguafuertes de juventud eterna.
Quizás nunca lo entiendan, quizás solo puedan decir que vivieron en tiempos de Gustavo Martínez, Agustín Ulmer, Paula N..... y Natalia Daona.
Y eso estará bien.


Eugenio Ferreyra
Dozaba

A Seis Días Del Mes De Marzo Del Año Dos Mil Seis

Anónimo dijo...

AH!! ME COSTÓ,PERO YA LO ENTENDÍ!
AHORA SÍ PUEDO DECIRTE QUE ESTÁ BUENÍSIMO LO QUE ESCRIBISTE...ME GUSTÓ MUCHO. PERO, CREO CONVENIENTE RECORDARTE, QUE ES AL LADO DE LA DIFICULTAD DONDE ESTA LA FELICIDAD. TODO EN ESTA VIDA IMPLICA ALGUN RIESGO, O ACASO VIVIR NO ES ARRIESGARSE A MORIR CADA DÍA?

 
Creative Commons License
This obra by Gustavo Martínez Figueroa is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.
Based on a work at www.espaciosyespejos.blogspot.com.