miércoles, diciembre 21, 2005

Cartas

Estampillas, sello, código postal... y a la calle.
Toman el sendero que quieren, como el sol que quién sabe qué hace cuando se esconde; como los sueños, deambulan mientras dormimos, y nadie sabe por dónde.

Devoran millas de mano en mano, de país en país, y cada tanto hacen un alto para reponer fuerzas en un buzón. Creen en el destino... tal vez tengan razón. Roban un suspiro en cada frontera, les haría la travesía más llevadera. Cargan a cuestas nuestras palabras y cuidan a cada oración de no escaparse de entre las rejas de renglón.

La llegada es siempre su sorpresa patentada. Con timidez pasan por debajo de la puerta, y por la distancia marcadas nos cuentan sin voz que el cielo es inmenso, que alguien que pisa otro suelo y nos mantiene en recuerdos se desató los límites del cuerpo para estar aquí entre los dedos, y al mismo tiempo del otro lado del mar.
La aventura terminó en posdata. Mueren con suspiro fatigado, satisfechas en nuestras manos después de tanto viajar.






Llegó la carta de un amigo, de Ramiro, desde España.

En encuentros

3 comentarios:

El tio Lizard dijo...

Que queres que te diga??..la verdad lo que escribis es muy lindo al "oido" digamos...escribis sobre cosas simples de la vida como recibir una carta y le terminas dando una significacion muy grande...creo que esta bueno a veces realmente volver y darse cuenta de las cosas mas simples a veces son complejas y que la costumbre es la que de a poco las minimiza y las mata

Unknown dijo...

No hay mayor alegria para alguien que se dedica de corazon a escribir, que lo citen al menos en el pie de pagina. Gracias por darme esa inmensa alegria.

Unknown dijo...
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