Salí de la cita con Sabina
de corazones con el Nano,
no volveré a ver las rosarinas
que me llamaban tucumano.
Volarán tres pájaros de un tiro
lejos de este nido con atraso;
la amistad no cuelga del destino,
es la ruleta del tiempo del abrazo.
Compinches en las aulas de los lamentos,
aliados en la guerra contra la muerte,
enjambres en las venas del presente
venidos de la puerta de Alcalá.
Archivo otra postal de los momentos;
cantaban a dúo entre dos esquinas
y a la izquierda unos ojos de felina,
la libélula de aguas de ananá.
La puerta de mi alma ya es giratoria,
ya dejé la nostalgia de otra historia
durmiendo en el fondo del Paraná.
Del concierto de Joan y de Sabina
no quiso dar el paso a mi memoria
el firme pie de Carolina.
En Rosario, vísperas del regreso de una reunión de cómplices.
jueves, noviembre 29, 2007
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1 comentario:
Lo que daría por estar allí.
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