Un amigo se baja sin prisa de la brisa que viene del norte. Se dejó el sombrero.
Yo tengo el diario con la fecha de mañana, dice.
Gotitas de esa limonada que una vez compartimos, cosquillean en mis mejillas.
Como en quién de otra vida.
Como en el Nazareno que aliviaba un suspiro con las manos ya limpias.
Como en quién que recuerda que el futuro no existe.
Nada más que gracias
sábado, octubre 28, 2006
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